Me encontré con un amigo que hacía que no veía hace tiempo,
la alegría de vernos fue reciproca después de estrecharnos en un abrazo, nos
acercamos a una cafetería y nos sentamos en una terraza a tomar un café,
estuvimos charlando de lo normal cuando te encuentras con alguien que hace
tiempo que no sabes nada de él aunque mi impresión fue de que estaba algo decaído
para su forma de ser, le pregunte por la familia, me dijo que la familia estaba
toda bien.
― ¿Y
el trabajo que tal?― le
pregunte, cuando iba a empezar a contarme sobre cómo le iba con el tema del
trabajo, le cambio el semblante y desvió la conversación.
―Mira
Rafa me gustaría contarte el sueño que tengo durante hace un tiempo todas las
noches― yo me quede totalmente fuera de juego, por su
forma de actuar imagine que se encontraba con algún tipo de problema (el nombre
de mi amigo lo dejare en el anonimato)
―Cuéntamelo― le dije.
―Me
encuentro a unos pasos en el borde de un precipicio, es un acantilado con todo el
océano a mi vista me encuentro con la sensación de poder dominar parte de este
mundo donde me ha tocado vivir, es una sensación de bienestar que tengo
admirando la libertad que tiene la naturaleza, cuando ella ordena al mar
golpear con fuerza la orilla lo hace, si se le ordena estar en calma lo hace,
es así en toda en todo el planeta, los arboles se deshojan para poder dar
nuevos brotes y nueva vida a otras hojas, creo que no hay nada que haga la
naturaleza sin razón, todos estos pensamientos se me pasan por la cabeza cuando
en el sueño me encuentro al borde del acantilado, a veces en el sueño estando
allí le pregunto en voz alta ¿Por qué a
veces le dices a los océanos que golpeen fuerte aun sabiendas que puedes hacer
mucho daño a los habitantes que conviven contigo? Ella nunca me contesta,
quizás ella no tenga la respuesta o piense que nosotros la sabemos y creo no
estamos actuando bien Rafa. Durante el mismo sueño me retiro del acantilado
cabizbajo, la sensación de bienestar desaparece, miro al cielo mientras camino sin
saber a dónde ir y siempre me ocurre lo mismo a pocos pasos aparece una
cuerda colgada del cielo en el camino,
alzo la vista y no veo su fin, la agarro y tiro con suaves golpes hacia abajo
pero parece que está bien atada, en todos los sueños se me aparece la cuerda y
en todos tiro de ella sin que ocurra nada, tú me conoces Rafa y sabes que de lo
que cuentan las religiones paso olímpicamente o sea que tengo descartado de que
sea una llamada de dios, siempre los sueños los mismos en el acantilado sobre
el mar y en cada uno sacado reflexiones sobre lo que me quiere decir la
naturaleza con el sonido del viento, lo de la cuerda nunca supe su significado
hasta hace unos días, como en cada sueño nada cambiaba y en ninguno de ellos
hay respuestas de la naturaleza, pensaras que me he vuelto un excéntrico o
loco, no se lo he contado a nadie quizás la alegría de volver a verte me ha
hecho que tú seas el confesor de los sueños que me quitan el sueño durante este
tiempo atrás, ayer al igual que todas la noches me encontré inmerso en el mismo
sueño, pero en este fue todo igual a excepción de cuando me retire del
acantilado escuche con más fuerza de lo normal el golpeteo de las olas contra
el acantilado, el azul del cielo se cubrió de nubes grises, la cuerda como siempre estaba allí esta vez balanceándose
a expensas del viento que se había levantado, después de varios intentos por
atraparla al fin en uno de ellos la agarre, mire hacia arriba siguiendo la línea
que trazaba hacia el cielo en ese momento gris, intente como lo hacía siempre
de tirar de ella pero esta vez fue la cuerda la que hacia impulso hacia arriba,
la solté rápidamente imagine que podía ser por el viento, la volví a coger esta
vez sin ninguna dificultad y lo mismo de antes ella era la que tiraba hacia
arriba, esta vez me sujete a ella con fuerza y sentí que me elevaba con ella,
me aferre a ella con todas mis fuerzas, al llegar a la altura de las primeras
nubes grises paro de ascender…
Rafael se que lo que te estoy contando es para no creérselo,
pero te lo estoy contando tal cual ha sido el ultimo sueño, vi como colgaban
cientos, miles millones de cuerdas y de ellas colgados y sujetas personas, las
cuerdas colgaban de las nubes grises yo estaba sentado en una de ellas y podía
escuchar conversaciones a la lejanía, ande por las nubes hasta a cercarme a una
que estaba unida a otra toda blanca en esta había muchas mesas lujosas de
despachos, detrás de ellas mujeres y hombres todos trajeados hablando entre
ellos y de sus mesas salían las cuerdas, en el sueño me era imposible ponerles fisonomías
a la esas personas, todas ellas con grandes sonrisas en las caras y de vez en
cuando echaban carcajadas a sus comentarios, había bastantes personas allí y la
verdad tengo que decir que quizás las respuestas que no me daba la naturaleza
estaban allí, las nubes grises empezaron a difuminarse, me deslice con cuidado
por la cuerda hasta poner los pies en la tierra, había visto con mis propios
ojos en el sueño la verdad por la cual había guerras en el mundo, la causa por
la cual millones de niños morían de hambre, la razón de que algunas
multinacionales tuvieran esclavizados a millones de personas trabajando en
situaciones infrahumanas para que sus marcas arrasasen en un mercado de
consumismo sin fronteras, los que manejaban a su antojo a mandatarios de países
en desarrollo, no podía interpretar de otra manera el sueño.
Rafa en el ultimo sueño he empezado a comprender a la
naturaleza, ella no está dispuesta a que la manejen como una marioneta como nos
manejan a nosotros, ella defiende como puede su casa que es el planeta y no
creo que los desastres salgan de ella sin haber alguna parte de culpabilidad de
los que están manejando las cuerdas.
Estoy convencido que estamos manejados a su antojo ¿quiénes
son? exactamente no lo sé y si alguien lo sabe y tiene la conciencia tranquila
de no hacer algo por cortar las cuerdas, creo que de humano tiene poco.
Esas personas que he visto en el sueño son anónimas para la
inmensa mayoría de nosotros, ellos son los que a su antojo y por intereses de
poder hacen que en países como el nuestro estemos pasando de ser un país
prospero a estar estancados.
Rafa llevo un año sin trabajo viviendo de la caridad de la
familia y de amigos, sabes que nunca me he familiarizado con ningún partido político,
tampoco quiero poner de mi boca si lo hacen unos bien y otros mal, lo único que
deseo es vivir dignamente de mi trabajo, se que este café que nos hemos tomado
te abra sabido algo amargo, igual estoy equivocado con la interpretación de mis
sueños y sobre todo con el ultimo.
Espero poder seguir soñando como lo he hecho durante toda mi
vida, porque si he de decirte la verdad prefiero soñar que siempre es lunes a
que todos los días de la semana sean domingos sin disfrutar de un merecido
descanso, echo de menos poder tener en el bolsillo algunas monedas para echar
en el sombrero de algún artista callejero o poder llegar a casa con una sonrisa
verdadera y no sobrepuesta, no tener que ir al banco y aguantar las lagrimas
para que me aguanten los recibos de la luz o del gas, no tener que dar pena y
si la doy que sea por haber hecho alguna estupidez y no por querer vivir
dignamente, yo como millones de personas no queremos ser marionetas en un mundo
que nos pertenece tanto o más que a esos inhumanos que manejan las cuerdas.
Se esconden detrás de las creencias de las religiones para
manejarlas a su antojo, creencias respetables ancestrales las están enterrando
sin ser enterradas para cuando a ellos les convengan volverlas a desenterrar,
juegan con las razas como fichas de un juego de mesa, todo por unos intereses
con el único objetivo de tener el poder sobre un planeta que lo que más
necesita es de la libertad con la que gira.
Me quede en silencio sin encontrar palabras para
reconfortarle, quizás fuese por el nudo en la garganta que me ahogaba, sus
lagrimas aguantaron inundando sus ojos, creo que eran las ultimas que le
quedaban y no quería desperdiciar algo tan valioso que le quedaba sin que se
las hubieran arrebatado los inhumanos de las cuerdas.
Nos miramos los dos a los ojos y nos fundimos en un abrazo,
pague los dos cafés y nos fuimos andando mirando al cielo y rogando que algún
día dejen de existir esas cuerdas que nos sujetan a muchos como marionetas.
Rafael Huertas

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