Cuanto tiempo sin vernos mi soledad, en algunos momentos
te he echado de menos. ―le dije cuando se presento sin avisar un día.
No es que no me guste estar acompañado, pero de vez en cuando echo de menos esos
momentos contigo soledad, me ayudan a encontrarme conmigo mismo, centrarme en
ciertas preguntas hacia mi interior en voz alta sin que nadie crea que estoy
loco, esos momentos en que tu presencia me acompaña escuchando el silencio, a
veces ves caer mis lagrimas que se desprenden por algunos sentimientos rotos,
en otros mis risas en solitario, a veces escuchas mis reproches hacia mi persona
sin enjuiciarlos, y lo mejor, que tienes
el don de la relajación para mí.
Compañera de viaje en sueños, pensamientos, autora de muchos momentos de mi
vida vividos sin que nadie los conozca. Confieso que te necesito en mi vida, me
gusta compartir contigo momentos junto a la naturaleza, caminado, leyendo,
soñando, esos momentos que a uno también
le apetece disfrutarlos en tu compañía soledad.
Esa soledad que es compañera para artistas junto a sus
musas, la que da miedo en las oscuridades, acompañante en las noches de luna al
caminante, la que acompaña al moribundo en su último viaje hacia luz, acompañas
a presos en lugar de la libertad, esa eres tu soledad, la que has sido
inspiración de frases a poetas, escultores y pensadores.
Soledad para unos sin quererla y para otros necesaria,
pero siempre ahí como compañera y amiga para quien la necesite.
Rafael Huertas

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