domingo, 13 de abril de 2014

El encuentro



 

Acariciare el tiempo con ternura, tratare de que no se detenga, que siga su rumbo sin distraerse y se paralice justo en nuestro encuentro.

Soñare de noche buscándote entre mis sabanas, de día mi locura me hará confundir los rayos del sol con tu sonrisa.

Deseo tanto tenerte entre mis brazos…, que le pediré al tiempo que se detenga.

¡Tiempo, no tardes en traerme ese encuentro!

Te abrazare tan fuerte, que los latidos de nuestros corazones ensordecerán al mundo.

Nuestro único saludo será el que nuestros labios deseen.

Nuestras miradas se cruzaran desvelando nuestros sueños.

¡Tiempo, no tardes en traerme ese encuentro!

Deseos esperados, como la arena espera ser humedecida por las olas.

Nuestros besos serán los delegados, en dar rienda suelta a nuestros sentimientos.

Dejaremos nuestros deseos en libertad, peregrinando por nuestros cuerpos.

¡Tiempo, no tardes en traerme ese encuentro!

Me da igual el lugar y el momento, lo único que deseo es que llegue ese encuentro.

Un encuentro con deseos que desbordaran nuestros sueños.

Mientras, en mi espera intentare ser un poeta.

¡Tiempo, acuérdate de que tengo un deseo!

¡Tiempo, no tardes en traerme ese encuentro!

 

Rafael Huertas

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