Acariciare
el tiempo con ternura, tratare de que no se detenga, que siga su rumbo sin
distraerse y se paralice justo en nuestro encuentro.
Soñare de
noche buscándote entre mis sabanas, de día mi locura me hará confundir los
rayos del sol con tu sonrisa.
Deseo tanto
tenerte entre mis brazos…, que le pediré al tiempo que se detenga.
¡Tiempo, no
tardes en traerme ese encuentro!
Te abrazare
tan fuerte, que los latidos de nuestros corazones ensordecerán al mundo.
Nuestro
único saludo será el que nuestros labios deseen.
Nuestras
miradas se cruzaran desvelando nuestros sueños.
¡Tiempo, no
tardes en traerme ese encuentro!
Deseos esperados,
como la arena espera ser humedecida por las olas.
Nuestros
besos serán los delegados, en dar rienda suelta a nuestros sentimientos.
Dejaremos
nuestros deseos en libertad, peregrinando por nuestros cuerpos.
¡Tiempo, no
tardes en traerme ese encuentro!
Me da igual
el lugar y el momento, lo único que deseo es que llegue ese encuentro.
Un encuentro
con deseos que desbordaran nuestros sueños.
Mientras, en
mi espera intentare ser un poeta.
¡Tiempo,
acuérdate de que tengo un deseo!
¡Tiempo, no
tardes en traerme ese encuentro!
Rafael
Huertas

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